Concepto “Colombia elevada”

Cuando los visitantes llegan a La Makha, el rooftop más admirado del Poblado, Medellín, se enfrentan a una elección deliciosa: ¿degustar los sabores de la fusión mediterránea, con su elegancia, sutileza y técnica europea, o dejarse llevar por la fuerza y la identidad de la “Colombia elevada”, una propuesta que reinterpreta los ingredientes locales con creatividad contemporánea?

Esta pregunta, aparentemente sencilla, se convierte en una experiencia sensorial, un verdadero test del paladar que invita a los comensales a descubrir su estilo gastronómico ideal. Y es que en La Makha, cada plato cuenta una historia distinta, pero todos comparten un mismo propósito: conectar con los sentidos y elevar el concepto de la alta cocina desde las alturas del Poblado.

Un hombre vierte aceite sobre un plato de comida en el contexto de Fusión o identidad en La Makha

Fusión mediterránea: elegancia, técnica y equilibrio

La primera propuesta que conquista las mesas de La Makha es la fusión mediterránea, una cocina inspirada en la riqueza cultural del sur de Europa, donde el aceite de oliva, las hierbas aromáticas, los vegetales frescos y los mariscos juegan un papel protagónico.

El chef David Suárez Estrada ha reinterpretado este legado culinario con una mirada contemporánea, adaptándolo al paladar colombiano sin perder su esencia. En sus manos, el Mediterráneo se vuelve cercano, cálido y sorprendentemente fresco.

Platos como el pulpo a la parrilla con crema de berenjena y aceite de albahaca, el risotto de limón con langostinos frescos, o la lasaña abierta de cordero al vino tinto resumen esta filosofía: sabores limpios, ingredientes nobles y un equilibrio perfecto entre lo visual y lo gustativo.

La fusión mediterránea de La Makha no busca impresionar con artificios, sino enamorar con sutileza. Cada preparación refleja técnica, precisión y respeto por el producto. Es ideal para quienes disfrutan la armonía, el refinamiento y las combinaciones suaves pero memorables.

Colombia elevada: raíces, creatividad y orgullo

En el otro extremo del test del paladar está “Colombia elevada”, una propuesta que exalta lo mejor de la gastronomía nacional. Aquí, el chef David Suárez convierte los sabores tradicionales en experiencias gourmet, elevando ingredientes autóctonos a un nivel de sofisticación internacional.

Esta línea culinaria es una oda a la identidad. Los comensales pueden encontrar reinterpretaciones de clásicos colombianos: arepas de maíz morado con tartar de trucha del Oriente antioqueño, costillas de cerdo glaseadas en panela y tamarindo, o un ceviche de mango biche con ají dulce y espuma de limón mandarino.

Cada plato tiene alma, historia y carácter. La Makha no pretende copiar la cocina tradicional, sino transformarla sin perder su esencia. Los productos locales se trabajan con técnicas de alta cocina —cocciones lentas, espumas, fermentaciones, reducciones— para resaltar su autenticidad bajo una nueva luz.

“Colombia elevada” es la elección de quienes buscan conexión emocional con su territorio, pero desean vivirla en una versión refinada, elegante y moderna. Es una forma de saborear el país desde una perspectiva contemporánea y cosmopolita, con Medellín como punto de encuentro.

La filosofía del chef: equilibrio entre memoria y evolución

El alma de La Makha se refleja en la visión de su chef ejecutivo, David Suárez Estrada, quien cree que la verdadera cocina nace del equilibrio entre memoria y evolución.

“Para mí, la fusión mediterránea representa el dominio técnico y la precisión. Pero la ‘Colombia elevada’ es la emoción, la raíz. En La Makha no tienes que elegir uno sobre el otro; puedes vivir ambos universos en una misma experiencia”, comenta el chef.

Esa dualidad se siente en cada menú degustación. El recorrido puede empezar con una entrada de inspiración mediterránea, continuar con un plato principal de esencia colombiana y terminar con un postre que combine ambos mundos. Por ejemplo, una panna cotta de café del Huila con crumble de cacao antioqueño sintetiza a la perfección la unión entre ambos conceptos.

La filosofía del chef busca que los comensales experimenten la gastronomía como un viaje, donde la técnica se une a la emoción. En La Makha, el arte culinario no es estático: evoluciona, se adapta y se eleva con cada plato.

Un hombre vierte aceite sobre un plato de comida en el contexto de Fusión o identidad en La Makha

El ambiente: donde el sabor se encuentra con la vista

Parte fundamental de esta experiencia gastronómica es el entorno. Desde el rooftop de La Makha, el horizonte de Medellín se despliega como una obra de arte. Las luces de la ciudad crean un tapiz brillante, y el aire fresco del Poblado envuelve cada conversación con un toque de serenidad.

La atmósfera está diseñada para acompañar el viaje del paladar. La música ambiental, las luces cálidas, el diseño contemporáneo y la atención personalizada transforman la cena en una experiencia multisensorial.

Ya sea disfrutando un carpaccio mediterráneo o un lomo de res con sabores del Magdalena Medio, cada bocado se siente distinto cuando se combina con la vista panorámica más impresionante de Medellín. Este equilibrio entre paisaje y sabor es lo que hace de La Makha el mejor rooftop del Poblado: un lugar donde la gastronomía se eleva tanto como la vista.

Cómo elegir tu experiencia ideal

El test del paladar de La Makha no busca dividir, sino invitar a explorar. Si eres amante de la delicadeza, de los sabores equilibrados y de los matices frescos, la fusión mediterránea será tu mejor elección. Es perfecta para cenas románticas, celebraciones discretas o degustaciones que buscan elegancia sin exceso.

Por otro lado, si te apasiona la autenticidad, la identidad y la emoción de los ingredientes locales, la propuesta de “Colombia elevada” te sorprenderá. Ideal para quienes desean redescubrir la cocina nacional desde una perspectiva innovadora y contemporánea.

Lo mejor de todo es que no tienes que escoger solo una. En La Makha, puedes combinar ambos mundos en un menú degustación que lleve al comensal del Mediterráneo a los Andes en cuestión de minutos. El chef y su equipo están siempre dispuestos a guiarte en ese viaje gastronómico, equilibrando sabores, texturas y emociones.

La Makha: el encuentro de dos mundos

Lo que diferencia a La Makha no es solo su cocina o su vista panorámica, sino su capacidad de crear experiencias gastronómicas con identidad. Este rooftop no se limita a servir comida: ofrece un diálogo entre culturas, una fusión entre la elegancia internacional y el orgullo local.

La dualidad entre fusión mediterránea y Colombia elevada es un reflejo de Medellín misma: una ciudad moderna, abierta al mundo, pero profundamente conectada con sus raíces. En cada plato, el comensal encuentra una parte de esa historia —el pasado y el presente de una ciudad que se reinventa desde sus alturas.

En un solo lugar, es posible saborear la técnica, la pasión y la creatividad. La Makha es la prueba de que la gastronomía de altura no necesita elegir entre lo global y lo local, porque en sus manos ambos se convierten en arte.

Ya sea por su propuesta gastronómica única, su ambiente elegante o su vista panorámica inigualable del Poblado, La Makha se consolida como el mejor rooftop en Medellín.

Vivir el test del paladar entre la fusión mediterránea y “Colombia elevada” es adentrarse en una experiencia que combina sabor, arte y emoción. No se trata solo de comer, sino de descubrir quién eres a través de lo que disfrutas.

Reserva tu mesa hoy en La Makha y descubre qué sabor define tu paladar: la sutileza del Mediterráneo o la pasión de Colombia elevada.

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