En lo alto del Poblado, Medellín, donde la ciudad se mezcla con el cielo y las luces se funden con el ritmo de la vida nocturna, se encuentra La Makha, un rooftop que redefine la experiencia gastronómica de altura. Aquí, cada plato es una obra de arte, cada aroma cuenta una historia, y el protagonista detrás de esta sinfonía de sabores es David Suárez Estrada, chef ejecutivo y alma creativa del lugar. Su cocina no solo alimenta el paladar: despierta emociones, conecta culturas y convierte una cena en una vivencia sensorial completa.

La cocina como escenario de arte y precisión

Desde temprano, David entra en acción. La cocina de La Makha no es un espacio tradicional; es un laboratorio culinario donde la técnica se encuentra con la pasión. Los primeros rayos de sol apenas iluminan el horizonte del Poblado mientras el chef revisa cada ingrediente que llega: pescados frescos del Pacífico, hierbas del Oriente antioqueño, aceite de oliva del Mediterráneo y frutas tropicales que estallan en color. Su filosofía es clara: la excelencia nace de la conexión entre productor, producto y plato.

Cada movimiento tiene intención. Los cuchillos se deslizan con precisión quirúrgica, los aromas comienzan a elevarse y el equipo —sincronizado como una orquesta— sigue el ritmo que marca el chef. No se trata solo de cocinar, sino de crear experiencias. David explica que la clave de La Makha está en su identidad dual: una cocina que fusiona lo mejor de la tradición mediterránea con el carácter y la frescura de la gastronomía colombiana contemporánea.

Un plato con un trozo de carne y brócoli, presentado en el evento "Un día con el chef David Suárez Estrada"

Fusión mediterránea y Colombia elevada

El sello de La Makha es la fusión, pero no cualquier mezcla. Su propuesta une técnicas europeas con ingredientes locales de manera respetuosa y audaz. “Queremos que cada comensal sienta el Mediterráneo en cada textura, pero que el alma siga siendo colombiana”, afirma David mientras termina un pulpo a la parrilla con chimichurri criollo y espuma de ají dulce. En un solo bocado, el visitante viaja desde la costa española hasta el Caribe colombiano, sin moverse del mejor rooftop del Poblado.

Esa fusión se refleja también en la estética del lugar. Las terrazas amplias, la vista panorámica de Medellín y la música envolvente completan una atmósfera que invita a quedarse. El ambiente combina elegancia urbana con calidez natural: madera, luz cálida, detalles vegetales y un servicio atento que anticipa los deseos del comensal.

Una experiencia sensorial completa

Comer en La Makha no es solo degustar platos, es vivir una experiencia multisensorial. Mientras cae la tarde y la ciudad se ilumina, los visitantes disfrutan de una vista privilegiada que convierte cada cena en un momento inolvidable. El sonido de las copas, el murmullo de las conversaciones y el toque musical cuidadosamente seleccionado se mezclan con los aromas que emergen de la cocina abierta.

Cada servicio es una coreografía donde nada queda al azar. David supervisa cada detalle: la temperatura de un vino, la textura de una salsa, el punto exacto de cocción. En su rostro se refleja la pasión de quien entiende que la gastronomía no es solo un oficio, sino una forma de conectar con la gente. En La Makha, el sabor se transforma en emoción.

Sostenibilidad y compromiso con lo local

Más allá del brillo de las luces y la sofisticación, La Makha apuesta por una producción responsable y sostenible. David trabaja mano a mano con productores locales, seleccionando ingredientes frescos que apoyan a comunidades rurales y reducen la huella ambiental. “Cocinar con propósito es cocinar con futuro”, dice. Esta filosofía no solo mejora la calidad de los platos, sino que también refuerza el vínculo con el territorio antioqueño.

Innovación y técnica al servicio del sabor

Cada receta pasa por un proceso de investigación y ensayo. David Suárez Estrada combina técnicas modernas —como cocciones al vacío, espumas o fermentaciones— con métodos ancestrales que rescatan la memoria culinaria. El resultado son platos visualmente impactantes, equilibrados en sabor y diseñados para sorprender. Esta mezcla entre arte y ciencia ha posicionado a La Makha como un referente gastronómico en Medellín.

El alma del rooftop más inspirador del Poblado

Al final del día, cuando las luces de la ciudad se reflejan en las copas y los últimos comensales brindan frente a la vista panorámica, el chef observa en silencio. Sabe que cada experiencia en La Makha va más allá de la comida: es una historia contada a través del sabor, la música, la vista y la emoción compartida. Esa conexión entre lo humano y lo sensorial es la esencia de este rooftop que hoy marca tendencia en el Poblado.

Visitar La Makha es descubrir una nueva forma de entender la gastronomía de altura: con propósito, con arte y con alma.

Reserva tu mesa hoy y vive la experiencia gastronómica más impresionante de Medellín.

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