Procesos sostenibles utilizados

En las alturas del Poblado, Medellín, donde el arte culinario se encuentra con la vista más espectacular de la ciudad, La Makha ha logrado algo que pocos restaurantes de su categoría consiguen: unir la sofisticación de la alta cocina con un profundo respeto por el origen de sus ingredientes.

Detrás de cada plato servido en este icónico rooftop gastronómico, existe una red de manos campesinas, artesanas y visionarias que hacen posible que los sabores lleguen frescos, auténticos y llenos de historia. Ellos son los productores responsables que sostienen el alma de La Makha, los verdaderos protagonistas invisibles de su propuesta culinaria.

Variedad de frutas y verduras frescas de proveedores sostenibles de La Makha, dispuestas en una mesa colorida

La esencia de una cocina con propósito

Desde su creación, La Makha ha tenido claro que la excelencia no se alcanza solo con técnica o estética, sino con propósito. El chef David Suárez Estrada y su equipo creen en una cocina que cuenta historias, que construye relaciones y que deja huella positiva tanto en los comensales como en el territorio.

Su lema es simple: “Cocinar con conciencia es cocinar con respeto.”
Esa filosofía se traduce en una cadena de producción responsable que privilegia la calidad, la sostenibilidad y el trabajo digno. Cada ingrediente que llega a la cocina del restaurante ha sido elegido cuidadosamente, no solo por su sabor, sino por la historia que lleva detrás.

De esta forma, el restaurante no solo se ha posicionado como el mejor rooftop en el Poblado por su vista panorámica y su ambiente sofisticado, sino también como un referente en gastronomía responsable y sostenible.

Los productores que cultivan la identidad de La Makha

Huertas del Oriente Antioqueño: la frescura que inspira

A primera hora del día, las huertas de Marinilla, El Retiro y La Ceja se despiertan con la neblina de la montaña. Allí crecen las hierbas aromáticas, hortalizas y flores comestibles que llegan directamente a la cocina de La Makha.

Don Elkin, un agricultor de tercera generación, cultiva albahaca, romero, microgreens y brotes orgánicos sin pesticidas. “Saber que mis plantas terminan en un restaurante como La Makha me llena de orgullo. Aquí no solo vendemos productos, compartimos pasión”, comenta con una sonrisa mientras corta cuidadosamente un manojo de tomillo fresco.

Estas huertas son el punto de partida de muchos platos que combinan la frescura del Mediterráneo con el carácter del trópico colombiano. Su aporte garantiza que cada ensalada, salsa o infusión tenga la vitalidad de la naturaleza en su máxima expresión.

Café del suroeste: aroma que eleva los sentidos

El café que se sirve en La Makha proviene de pequeñas fincas familiares en Fredonia y Jardín, Antioquia. La selección está a cargo de Marta y Jorge, una pareja que ha dedicado su vida a perfeccionar la producción de granos orgánicos de altura.

Sus cosechas se tuestan artesanalmente, resaltando notas de cacao, caramelo y frutos secos. El chef Suárez Estrada ha incorporado este café no solo en las bebidas, sino también en la gastronomía: como reducción para salsas, como ingrediente en postres y como base para cocteles de autor.

El resultado es una experiencia sensorial que conecta directamente con el territorio. Cada sorbo o bocado de café en La Makha es un homenaje a la tradición cafetera que define la identidad antioqueña.

Quesos artesanales del norte de Antioquia: textura y autenticidad

En las colinas de Santa Rosa de Osos, una cooperativa de mujeres productoras elabora los quesos que dan vida a muchas de las creaciones de La Makha. Leche fresca, técnicas tradicionales y un compromiso con la calidad hacen de estos productos una joya culinaria.

La chef pastelera del restaurante, Valeria Gómez, los utiliza en combinaciones únicas: un cheesecake de queso ahumado con frutas tropicales, o un risotto de parmesano criollo con esencia de limón y trufa blanca.

Más que un ingrediente, este queso representa el empoderamiento femenino rural. Parte del valor de cada venta se reinvierte en programas de capacitación y bienestar para las familias productoras. Así, el sabor adquiere un propósito social.

Pescado del Pacífico y carnes de origen ético

La proteína animal en La Makha se selecciona con rigurosidad. Los pescados provienen de cooperativas sostenibles del litoral Pacífico, que emplean métodos de pesca artesanal para cuidar los ecosistemas marinos.

Los cortes de res y cerdo, en cambio, se obtienen de ganaderías que priorizan el bienestar animal y las prácticas regenerativas. Esto garantiza no solo un sabor más puro, sino una huella ambiental mucho menor.

“El respeto por el ingrediente empieza antes de que llegue a la cocina”, afirma David Suárez. “No se trata solo de comprar, sino de construir relaciones con quienes entienden la tierra y el mar como fuentes de vida.”

De la tierra al rooftop: un viaje transparente

El proceso de abastecimiento en La Makha es completamente trazable y transparente. Los comensales pueden conocer el origen de los productos e incluso participar en experiencias que conectan con los productores.

A través de iniciativas como “La Makha Origen”, el restaurante organiza visitas a fincas aliadas y degustaciones donde los agricultores cuentan sus historias. Estas actividades buscan que los clientes comprendan el valor real de lo que consumen, reforzando la conexión entre gastronomía, territorio y sostenibilidad.

De esta forma, cada plato servido en el rooftop es el resultado de una cadena ética que honra la naturaleza y a las personas detrás del sabor.

Sostenibilidad como forma de arte

Para La Makha, la sostenibilidad no es una tendencia, sino una forma de arte. Cada decisión, desde el emplatado hasta la iluminación del rooftop, responde a una visión consciente del lujo.

El restaurante utiliza energía eficiente, materiales reciclables y minimiza el desperdicio alimentario a través de un sistema interno de compostaje. Además, impulsa la reducción del uso de plásticos y promueve la reutilización creativa de botellas y envases.

El resultado es un concepto de “gastronomía sostenible con estilo”, donde la elegancia y la responsabilidad conviven en perfecta armonía.

El mejor rooftop del Poblado con alma local

Este compromiso integral ha posicionado a La Makha no solo como un referente gastronómico, sino como un modelo de sostenibilidad urbana. Desde su terraza, los visitantes no solo disfrutan de una vista panorámica incomparable de Medellín, sino que también saborean el resultado de un trabajo colectivo que conecta al campo con la ciudad.

En un entorno donde muchos restaurantes buscan lo exótico o lo importado, La Makha apuesta por lo auténtico, por lo nuestro, por lo que nace de las montañas antioqueñas y las costas colombianas. Esa autenticidad es lo que le ha permitido convertirse en el mejor rooftop en el Poblado, Medellín, donde la gastronomía es también una declaración de valores.

Una experiencia que trasciende el plato

Conocer a los productores detrás de La Makha es entender que el lujo no está en la ostentación, sino en la coherencia. Cada plato, cada aroma y cada textura son el resultado de una red humana comprometida con la calidad, el medio ambiente y la pasión por el oficio.

En este rooftop, la vista puede robar suspiros, pero es el alma de su cocina la que conquista corazones. La Makha demuestra que la producción responsable no es una opción, sino el camino hacia un futuro más sabroso, justo y sostenible.

Reserva tu mesa en La Makha y vive la experiencia del sabor con conciencia, en el rooftop más exclusivo y responsable del Poblado, Medellín.

SHARE

Bienvenido al Hotel Binn

Descubre el arte de habitar el silencio. Historias, espacios y experiencias que elevan la pausa a un estilo de vida.